El Parlamento vasco aprobó el pasado lunes 16 de noviembre en la comisión de Cultura y Juventud, de la que depende la Dirección de Deportes, una iniciativa por la cual se solicita que tanto la Vuelta ciclista a España como la Selección Nacional de Fútbol regresen a Euskadi. La propuesta fue respaldada por los votos del PSE, PP y UPyD. Mientras que los nacionalistas, PNV y Aralar, se manifestaron en contra alegando la defensa de la oficialidad vasca.
A pesar de que los partidos de la “Roja” gozan de una gran audiencia en el País Vasco o que muchos aficionados al ciclismo hacen decenas de kilómetros para ver alguna de las etapas de la Vuelta, ninguno de los dos acontecimientos deportivos pueden disfrutarse en esta comunidad autónoma desde hace años. Sin embargo, fue precisamente en San Mamés donde la selección disputó su primer encuentro en España ante Bélgica. Pese a ello, esta situación no se repite desde el 31 de mayo de 1967, en plena dictadura franquista, cuando la federación desistió de celebrar encuentros internacionales en Euskadi por miedo a los constantes gritos que se oían desde las gradas de sus estadios.
Por su parte, la Vuelta no pasa por estas tierras desde 1978, por lo que aquellos tiempos en los que Bilbao era sede tanto de su inicio como de su final quedan ya muy atrás en la memoria. Todo comenzó a finales de los sesenta, cuando un grupo armado de la banda terrorista ETA llevo a cabo un sabotaje que provocó el caos en el pelotón, debido a que habían colocado chinchetas en toda la calzada. No obstante, este incidente no fue el único, pues en la década de los setenta las continuas amenazas consiguieron que la organización de la Vuelta optase por desviar el itinerario fuera de tierras vascas.
Una vez más, la política vuelve a mezclarse con el deporte, pues el País Vasco no está solo en esta lucha nacionalista, ya que no hay que olvidar las propuestas que incansablemente llegan desde las diferentes federaciones catalanas. Lo único cierto en todo esto es que a todos nos gusta disfrutar de un Gasol, de un Xavi o de un Puyol, pero ellos no serían nada si a su lado no existieran los Iniesta, Villa, Rudy Fernández y demás, por lo que a partir de ahora tan sólo nos queda esperar a que la normalidad vuelva a implantarse y que ella llegue también al País Vasco para que de una vez todos, los que viven en Euskadi y los que no, puedan disfrutar del deporte sin limitación alguna, pues éste nació para divertir no para ser tratado como una moneda de cambio político.
A pesar de que los partidos de la “Roja” gozan de una gran audiencia en el País Vasco o que muchos aficionados al ciclismo hacen decenas de kilómetros para ver alguna de las etapas de la Vuelta, ninguno de los dos acontecimientos deportivos pueden disfrutarse en esta comunidad autónoma desde hace años. Sin embargo, fue precisamente en San Mamés donde la selección disputó su primer encuentro en España ante Bélgica. Pese a ello, esta situación no se repite desde el 31 de mayo de 1967, en plena dictadura franquista, cuando la federación desistió de celebrar encuentros internacionales en Euskadi por miedo a los constantes gritos que se oían desde las gradas de sus estadios.
Por su parte, la Vuelta no pasa por estas tierras desde 1978, por lo que aquellos tiempos en los que Bilbao era sede tanto de su inicio como de su final quedan ya muy atrás en la memoria. Todo comenzó a finales de los sesenta, cuando un grupo armado de la banda terrorista ETA llevo a cabo un sabotaje que provocó el caos en el pelotón, debido a que habían colocado chinchetas en toda la calzada. No obstante, este incidente no fue el único, pues en la década de los setenta las continuas amenazas consiguieron que la organización de la Vuelta optase por desviar el itinerario fuera de tierras vascas.
Una vez más, la política vuelve a mezclarse con el deporte, pues el País Vasco no está solo en esta lucha nacionalista, ya que no hay que olvidar las propuestas que incansablemente llegan desde las diferentes federaciones catalanas. Lo único cierto en todo esto es que a todos nos gusta disfrutar de un Gasol, de un Xavi o de un Puyol, pero ellos no serían nada si a su lado no existieran los Iniesta, Villa, Rudy Fernández y demás, por lo que a partir de ahora tan sólo nos queda esperar a que la normalidad vuelva a implantarse y que ella llegue también al País Vasco para que de una vez todos, los que viven en Euskadi y los que no, puedan disfrutar del deporte sin limitación alguna, pues éste nació para divertir no para ser tratado como una moneda de cambio político.
Ya es hora de que la situación en el País Vasco y el resto de España se vaya normalizando. Y que mejor manera de unir a los pueblos que el deporte. Espero que el nuevo gobierno vasco impulse la normalización en Euskadi y este paso desde luego que es acertado.