Tamara Pérez
Confesiones de una compradora compulsiva (Confessions Of A Shopaholic) llegó a los cines el 27 de marzo de 2009 siendo una comedia romántica más a sumar a la ya larga lista de películas de este estilo que llegan a España. Su director es el autor de películas como Peter Pan, la gran aventura (2003) o Amor sin Condiciones (2002) y por tanto se trata de un veterano en este género. Asimismo, esta película se basa en la novela de Sophie Kinsella, con el mismo nombre.

En cuanto al reparto, destacar la interpretación realizada por la protagonista, Isla Fisher quien consigue que su personaje se gane rápidamente al espectador por su simpatía, lo mejor de la película sin duda. Por otro lado, también destacan las actuaciones de Joan Cusack, muy divertida en su papel de amiga menos agraciada, y Hugh Dancy, como el guapo jefe, pero con una aparición bastante normalita.

Este film supone una película más para adolescentes, procedente de EE.UU, que sin mucho guión ni interpretación consigue reventar las taquillas. En este filme se cuenta la historia de Rebecca Bloomwood, quien eclipsada por la glamorosa ciudad de New York, se convierte en una compradora compulsiva de todo tipo de objetos, desde zapatos hasta ropa de submarinismo que nunca usará. Es por ello, por lo que sus tarjetas de crédito están al rojo vivo provocando que un fastidioso cobrador de morosos la persiga allí a donde ésta va. Sin embargo, todo cambia cuando Rebecca comienza a trabajar para una revista económica, ella siempre quiso hacerlo en una de moda pero el destino la llevó a esta otra publicación. Fue así como se convirtió en la famosa “Mujer del pañuelo verde”. A lo largo de la película, su protagonista se esfuerza porque su pasado no arruine su prometedor presente.

Confesiones de una compradora compulsiva es un reflejo más de los estereotipos a los que las mujeres tienen que hacer frente. En este caso, y por eso nos interesa, la afectada es una joven periodista a la que a lo largo de la película no se le valora por su trabajo realizado, a pesar de que sus ideas consiguen marcar una nueva tendencia dentro del siempre gris mundo de la economía. Aún así, lo único que se resalta de ella es su adicción a las compras y, cómo no, su respectiva historia de amor con su rico y guapo jefe. A las mujeres les interesan más cosas que la ropa y los chicos, y ya es hora que el cine también lo refleje y no siga cayendo en este tipo de juicios machistas y absurdos.



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